Entrevista Dr. Carlos Guerra

Socio Colaborador · Clínica Dental Valldaura · Barcelona

Tras convivir toda su infancia con el sector de la odontología e ir despertando su interés en el sector, se decidió a seguir con la profesión a la que se dedican todavía hoy sus padres.

El Dr. Carlos Guerra cuenta con una muy dilatada formación. Desde que empezó a formarse, su objetivo ha sido poder ofrecer a sus pacientes las soluciones más adecuadas, cómodas y predecibles.

El Dr. Carlos Guerra se licenció en Odontología por la Universidad Internacional de Catalunya (UIC) en 2011. También es Máster en Ortodoncia (Universitat de Lleida, 2013), Máster en Implantología Oral (Universidad de Sevilla, 2014) y especialista en ortodoncia con alineadores invisibles, cursando el Máster en Invisalign en el que obtuvo la certificación full. Además, cuenta con distintas residencias clínicas, entre las que destaca la que hizo con el Dr. Pato en Sarrià (Lugo), y el Postgrado en Implantología Avanzada e Implantes Cigomáticos (Universidad de Sevilla, 2018).

¿Llevas varios años compaginando una formación muy intensa con la experiencia profesional. ¿Por qué has decidido darle este enfoque tan característico a tu carrera profesional como odontólogo?

A lo largo de la trayectoria profesional del Dr. Pedro Guerra, he podido ver la importancia que él siempre le ha dado a la formación. Quizá por eso siempre he creído que la formación es fundamental para adquirir los conocimientos suficientes y ofrecer las mejores soluciones a los pacientes. Además de formarme y trabajar en el equipo de Valldaura, también he querido crecer a nivel profesional formando parte del equipo de un Centro de Atención Primaria y realizando distintas colaboraciones con otros centros dentales.

Actualmente desempeño mi labor profesional en Clínica Dental Valldaura en exclusiva. Así, hoy en día estoy trabajando mano a mano con el Dr. Pedro Guerra. Este hecho está siendo para mí un lujo en cuanto al aprendizaje que me transmite por su experiencia de más de 30 años. Además, me llena de orgullo poder continuar con ilusión el proyecto que emprendió mi familia.

¿Cuál es tu reto siendo la segunda generación de la familia en el proyecto de la Clínica Dental Valldaura?

La filosofía de trabajo que hemos seguido durante más de tres décadas es la que nos permite disponer de la reputación actual. Por eso, vamos a mantener la misma filosofía.

Nuestro objetivo siempre va a ser acercar a los pacientes una clínica de calidad. En Valldaura tenemos tres ejes fundamentales: la eficiencia, la honestidad y la transparencia. Para lograrlo, somos conscientes de la importancia que tiene el consolidado equipo de profesionales de Valldaura, que aúna sus esfuerzos para velar por la salud de los pacientes tanto en la realización del tratamiento como en el posterior mantenimiento.

Ahora, contando ya con algunos años de trayectoria y una amplia formación, puedo afirmar que uno de los mejores aprendizajes que he adquirido como odontólogo ha sido tratar al paciente como un ser integral. En Valldaura no solamente resolvemos los problemas dentales, sino que somos conscientes de que podemos influir en distintos aspectos de la vida de las personas. Así, el hecho de escuchar a los pacientes y dedicarles el tiempo que necesitan, nos permite disponer de mucha información acerca de sus patologías y ofrecerles soluciones muy personalizadas.

¿Cuáles son las próximas novedades que vas a introducir en la Clínica Dental Valldaura?

Estamos apostando decididamente por la odontología digital. En los últimos años hemos incorporado distintas herramientas: el escáner intraoral, la impresión 3D, el CBCT (tomografía de haz cónico) o el láser de diodo, entre otros. Así, por poner un ejemplo, el escáner intraoral nos ha permitido tomar medidas de nuestros pacientes sin hacerles pasar por las angustiosas pastas.

En definitiva, podemos afirmar que la implantación del flujo digital en Valldaura ha sido un gran acierto. En resumen, este hecho nos ha permitido obtener imágenes que podemos estudiar junto al paciente en la misma visita. Este hecho favorece indudablemente la comunicación entre los odontólogos y las personas y la comprensión del diagnóstico, así como una planificación totalmente personalizada. Al final, se trata de ofrecer a las personas una experiencia más cómoda, rápida y precisa en todo el proceso.

¿Qué es lo más destacable del equipo?

Contamos con cuatro dentistas que abarcan todas las especialidades de la odontología. Así, podemos tratar integralmente a las personas, desde la fase higiénica hasta los procedimientos estéticos más vanguardistas. Además, gracias al crecimiento del centro, actualmente disponemos también de un quirófano completamente equipado en el que practicamos cirugías bajo sedación de la mano de nuestro anestesista.

Tu especialidad es la implantología oral y la ortodoncia. ¿Cómo ayudas a las personas con su aplicación?

Ambas especialidades son disciplinas fundamentales para solucionar los problemas que presentan nuestros pacientes. La implantología, por su parte, nos permite reponer piezas ausentes y que son necesarias para disponer de una correcta función masticatoria. Por otro lado, la ortodoncia es un tratamiento que reposiciona los dientes para mejorar la oclusión y la estética.

Dadas mis especialidades, me encargo de planificar las cirugías y los tratamientos de ortodoncia. Además, tras la primera visita de nuestros pacientes, hago la planificación de los tratamientos necesarios para restituir el equilibrio en la salud bucodental.

¿Cuáles son los problemas de salud bucodental más comunes a día de hoy?

La causa de las patologías más comunes es, entonces, la falta de control odontológico. En las revisiones periódicas podemos detectar gingivitis, periodontitis, caries, desgastes dentales, dolores articulares o musculares, entre otros. Todos estos problemas tienen solución cuando se detectan en etapas tempranas. Sin embargo, cuando no reciben el tratamiento pertinente, en pocos meses pueden evolucionar hasta comprometer la viabilidad del tratamiento.

En términos generales, la falta de mantenimiento. Casi todos los días detectamos patologías en estadios avanzados que, con las visitas de control adecuadas en cuanto a su periodicidad, se habrían podido solucionar de un modo mucho más sencillo.